Los Pueblos Indígenas Tzeltales

Los Tzeltales son uno de los muchos sub-grupos de antiguos Mayas que han sobrevivido hasta el día de hoy. Viven en las montañas centrales del estado de Chiapas, en México. Lingüísticamente son los primos de los Tzotzil. De hecho, hasta el principio del áltimo periodo post-clásico de la historia Maya (cerca del año 1200 de la Era Cristiana), el tzeltal y el tzotzil no eran lenguas distinguibles.

Hoy en día, casi 300.000 personas hablan tzeltal como su primera o segunda lengua. El bilingüismo — tzeltal y español — es comán entre los Tzeltales.

La sociedad Tzeltal se organiza hoy en día de la misma manera de siempre. Las variaciones culturales son evidentes entre las comunidades, y se puede apreciar a través de, por ejemplo, los dialectos, los vestidos y los rituales sociales y religiosos. Sin embargo los Tzeltales tienen muchas cosas en comán. La mayoría de las comunidades Tzeltales se componen mayoritariamente de etnolingüistas Tzeltales que mantienen su lengua indígena como su primera lengua. Las casas son simples, habitadas mayoritariamente por familias nucleares cuyas vidas giran principalmente en torno a la agricultura de subsistencia (siendo el maíz, los frijoles y la calabaza sus alimentos principales), el comercio de ganado, que incluye pollos, cerdos y ovejas; y las artesanías, como los tejidos, costuras, bordados y la alfarería.

Tradicionalmente, los Tzeltales han sido capaces de producir algunos excedentes de comida. Comercializan este excedente llevándolo al pueblo que es el centro administrativo del municipio. En estas fotos, las mujeres de los parajes remotos en el Municipio de Oxchuc van al mercado semanal — en el pueblo del mismo nombre — donde venden frutas y verduras. Estos mercados rotan, a menudo semanalmente para que cada municipio tenga su oportunidad de comerciar de manera regular. Este comercio, que como he apuntado anteriormente ofrece más que excedentes de comida, es el eje y el alma de la vida económica de todas las comunidades Tzeltales.

Amatenango del Valle es un municipio mucho más pequeño que Oxchuc, con una población de menos de 10.000 habitantes, en comparación con los 35.000 de Oxchuc. Pero es probablemente más conocido local e internacionalmente. El pueblo de Amatenango del Valle supone un ejemplo poco comán de cómo el antiguo Mundo Maya se ha introducido en los tiempos modernos, manteniendo la tradición y aceptando el cambio al mismo tiempo. Las mujeres de esta zona llevan haciendo alfarería desde tiempos inmemorables. En el pasado esto era por razones prácticas y la alfarería se hacía para el almacenaje diario, para cocinar y comer.

San Cristóbal de las Casas es una de las ciudades más importantes del Estado de Chiapas. En los áltimos años, la ciudad y las zonas de los alrededores han visto un aumento en el turismo. Como resultado, el cercano pueblo de Amatenango del Valle se ha convertido en un destino turístico, en gran parte porque allí la alfarería se hace siguiendo la técnica pre-Colombina en la que se coloca el barro en un fuego abierto en vez de en un klin. Aprovechando el potencial para el comercio, muchas de las mujeres del pueblo también producen "alfarería de arte" para vender a los turistas. Esta "alfarería de arte" está reemplazando lentamente los artículos tradicionales aunque mantienen la técnica de producción a fuego-abierto. La demanda ha crecido tanto que se ha desarrollado una industria suplementaria para las niñas del pueblo. Hacen pequeñas baratijas — animalitos — que también venden a los turistas.

Otro cambio reciente en la sociedad tzeltal es la creciente emigración de hombres adultos en busca de trabajo en sectores no tradicionales. Estos hombres abandonan sus tierras natales, encontrándose obstáculos desconocidos para ellos en las ciudades donde van a buscar un aumento de los ingresos familiares. Sus patrones los explotan pagándoles menos que a sus compañeros hispanos y ladinos.

Al contrario que la inmigración de sus padres, muchas niñas tzeltales se quedan en casa y contribuyen con su trabajo a los ingresos familiares. Mientras conducíamos por un pequeño pueblo Tzeltal presenciamos una situación comán, ilustrada por esta niña de nueve años que no iba a la escuela para vender el pequeño excedente de su familia a un lado de la carretera. Los antiguos Mayas sacrificaban a sus hijos — literalmente — en honor a sus dioses y en el mundo actual algunos se ven forzados a sacrificar la educación de sus hijos por sus necesidades económicas.

Muchos niños tzeltales van a la escuela. Cuando visitamos ésta en Oxchuc los profesores y alumnos mostraban con orgullo y nos invitaron a sacarles una foto de sus logros académicos. Estas niñas insistieron en que les sacáramos una foto grupal. Es significativo que las chicas adolescentes van a la escuela en estas comunidades. Hace algunas generaciones, era de esperar que estas chicas se casaran a estas edades.

Algunas niñas tzeltales todavía se casan y forman familias antes de llegar a edad adulta pero esto es parte de la cultura tradicional tzeltal que está desapareciendo lentamente. Al igual que con otros grupos Mayas de Mesoamérica, hoy en día los tzeltales se enfrentan a un momento crítico en su historia. Cómo deben cambiar — o adaptarse a — las influencias modernas estará pronto en manos de los actuales niños tzeltales.